“No se podrá como maestro, juzgar que al final de la acción educativa, el alumno será lo que tan profundamente se desea, en especial, porque lo humano es inacabado y complejo” (ZAMBRANO: 46)
Al reflexionar acerca de la pedagogía no podemos obviar la importancia del papel del maestro y del estudiantes, los cuales son personajes centrales dentro de los procesos de enseñanza y aprendizaje, ya que, cada uno de ellos tiene unos conocimientos previos, está aprendiendo algún conocimiento, es totalmente diferente al otro; pero sin embargo, tiene que existir una relación “humana” entre ellos para que se puedan generar las condiciones para la enseñanza. Por ende la enseñanza no sólo se encarga del saber, sino también de la forma como ese saber tiene que ser enseñado y de los propósitos de dicha enseñanza.
Es innegable es carácter social de la educación, donde ésta se da acorde a fines y objetivos socialmente estipulados. Por tal motivo, la educación en el caso Colombiano, forma para crear profesionales competentes en los diferentes campos del saber, Colombianos productivos y capaces de desempañarse en las diversas labores que la sociedad de hoy impone, haciendo del ideal de hombre, un hombre laboral y productivo, alejando la espiritualidad y el carácter formativo de la enseñanza. Además de lo anteriormente expuesto, la educación pretende sacar al hombre de un nivel básico (primitivo) a un nivel más elevado, donde pueda controlarse, regularse y aprender unos códigos que le permitan comunicarse y vivir en sociedad. Códigos que son enseñados en la familia y en la escuela, responsables de infundir cultura; en el caso de la escuela, mediante un modelo pedagógico en el cual se encuentra inmerso una reflexión pedagógica que está validada desde la didáctica que el profesor crea para mejorar las condiciones para el aprendizaje.
Al reflexionar acerca de la pedagogía no podemos obviar la importancia del papel del maestro y del estudiantes, los cuales son personajes centrales dentro de los procesos de enseñanza y aprendizaje, ya que, cada uno de ellos tiene unos conocimientos previos, está aprendiendo algún conocimiento, es totalmente diferente al otro; pero sin embargo, tiene que existir una relación “humana” entre ellos para que se puedan generar las condiciones para la enseñanza. Por ende la enseñanza no sólo se encarga del saber, sino también de la forma como ese saber tiene que ser enseñado y de los propósitos de dicha enseñanza.
Es innegable es carácter social de la educación, donde ésta se da acorde a fines y objetivos socialmente estipulados. Por tal motivo, la educación en el caso Colombiano, forma para crear profesionales competentes en los diferentes campos del saber, Colombianos productivos y capaces de desempañarse en las diversas labores que la sociedad de hoy impone, haciendo del ideal de hombre, un hombre laboral y productivo, alejando la espiritualidad y el carácter formativo de la enseñanza. Además de lo anteriormente expuesto, la educación pretende sacar al hombre de un nivel básico (primitivo) a un nivel más elevado, donde pueda controlarse, regularse y aprender unos códigos que le permitan comunicarse y vivir en sociedad. Códigos que son enseñados en la familia y en la escuela, responsables de infundir cultura; en el caso de la escuela, mediante un modelo pedagógico en el cual se encuentra inmerso una reflexión pedagógica que está validada desde la didáctica que el profesor crea para mejorar las condiciones para el aprendizaje.
La pedagogía es una disciplina que se ha posicionado como el centro en la reflexión de sí misma y la enseñanza, pero a su vez, se ve nutrida e interpelada por otras ciencias y disciplinas que le ayudan a entender y crear alternativas para afrontar la complejidad del sujeto en las situaciones reales de enseñanza, donde lo pedagógico y lo didáctico se tocan con el fin de mejorar las condiciones del ser humano. Por ende, es necesario que los docentes se encuentren informados de los acontecimientos que surgen en la disciplina y en otras que puedan ayudarle con su labor pedagógica; a la vez, de que investigue y sea una persona reflexiva de su entorno, del carácter enseñable de su saber para que asuma con responsabilidad el hecho de que su trabajo es un responsabilidad ética muy grande, ya que consiste en ocuparse de la enseñanza de un sujeto educable.
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